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Si, si ¡es cierto! Hoy en día las mujeres estamos a la par del hombre en absolutamente todos los aspectos pero ¿no están cansadas? Admito que me encanta tener el poder del mundo como directoras operativas, como médicas, como educadoras  o políticas importantes y patear traseros con stilletos de 20 centímetros y cólicos menstruales pero ¿es esta la verdadera esencia del feminismo? Incluso si buscamos encontraremos lo siguiente: “Doctrina social, favorable a la mujer, a quién concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres”, pero, muchas mujeres lo toman demasiado literal y lo de “reservados” lo cambiamos a “resistencia”.

10912827_579668902178108_169835672_nEl hombre NO ES EL ENEMIGO, las enemigas somos nosotras mismas. Mujeres, basta de utilizar los términos de una manera completamente errónea y hacer del “feminismo” nuestro principal rival. Aclaremos esto: el  feminismo, de acuerdo con una tradición de tres siglos, un tipo de pensamiento antropológico, moral y político que tiene como su referente la idea racionalista e ilustrada de igualdad entre los sexos y cuando hablamos de “igualdad de sexos” no significa que perdamos nuestra femineidad ni ellos su masculinidad. Así mismo, nuestro feminismo no se ira a los pies cuando un hombre nos abra la puerta, nos dé un masaje de pies, nos pague los martinis tras un viernes de locos, nos prepare la cena o ¿Por qué no? Se meta a enjabonarnos la espalda a una ducha tibia.

Y claro, si nos vamos a la contar parte de esto no nos hace una “perfecta cabrona” ser infieles, vestirnos como prostitutas, decir más malas palabras que un marinero, tomar más que nuestra pareja o tomarse fotos con armas y subirlas a las redes sociales. Realmente los dos lados no están bien porque ambos viven en la ignorancia y saben del feminismo lo que yo sé de alemán ¡nada! Las olas del feminismo son tres básicas: estudiar, liberar y controlar el acoso sexual y muchas de las mujeres de hoy no lo hacen.

Una de las cuestiones clave del feminismo es que no separa el ámbito público del privado. En este sentido, el feminismo propone un cambio social y un replanteamiento de los valores para que la democracia alcance a la vida diaria, las escuelas las familias, las organizaciones y las relaciones personales. Germain Greer decía «hoy como ayer, las mujeres deben negarse a ser sumisas y crédulas, pues el disimulo no puede servir a la verdad» por lo cual redimamos nuestro pensamiento y no seamos más feministas, si no femeninas estrategas dispuestas a replantear el  poder de la mujer y dejar que los hombres nos cocinen una deliciosa pasta con vino los viernes.

Para más información sobre este tema, les recomiendo los siguientes títulos:

  • «La ciudad de las damas», Christine de Pizan
  • «Vindicación de los derechos de la mujer», Mary Wollstonecraft
  • «Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana», de Olympe de Gouges

 

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