Al momento de redactar estas líneas, seguía su curso la jornada comicial del domingo 7 de junio; al parecen sin mayores sobresaltos que el insondable caos prevaleciente en Oaxaca y Guerrero. Eso sí, los reportes apuntaban hacia una preocupante lentitud en el flujo de votantes a las urnas y otro factor comenzaba a cobrar forma: la preocupante ausencia de jóvenes electores en las casillas. Personas maduras y de la tercera edad, en su mayoría, acudieron a votar de manera temprana, según los reportes periodísticos.
Bien, a reserva de los resultados, para usted que lee esta columna en lunes, seguramente irá teniendo elementos de valor para entender lo ocurrido en su entidad, municipio o distrito electoral. Si el abstencionismo volvió a ser el ganador de la elección intermedia, entonces tendremos mucho trabajo por delante para distintos actores: partidos políticos, candidatos, aspirantes a candidatos, estrategas electorales y medios de comunicación.
El primer aspecto a resaltar para la celebración de futuros procesos, sería el rotundo fracaso de la “teledemocracia”. Definitivamente, ha quedado demostrado que saturar de spot las señales de las emisoras radiofónicas y televisivas de ninguna manera contribuye a acrecentar el interés del público en los comicios y sus pormenores.
También ha sido evidente que, salvo contadas excepciones, los partidos “grandes” optaron por el reciclaje de cuadros para tratar de generar una apuesta segura en la contienda electoral, principalmente en el caso de la elección de diputados federales. Gane quien gane, la realidad es que no veremos muchas caras nuevas en la próxima legislatura federal.
Pues bien, si su candidata o candidato resultó ganador, muchas felicidades. Seguramente ya tuvo tiempo de echar de gritos, salir a dar la “vuelta de la victoria” a la plaza principal de su ciudad de burlar los últimos minutos de la malograda Ley Seca Electoral para brindar con su bebida favorita.
En el caso contrario, no debe sentirse mal; es importante entender que la democracia es así: a veces se gana y a veces se pierde. Eso debiera ser normal. Lo importante es analizar los factores de la derrota para mejorar la participación en la próxima contienda.
Cualquiera que sea su situación, lo real, lo ineludible es que una vez pasado el furor de las elecciones, a todos nos toca reincorporarnos a nuestras respectivas responsabilidades con la obligación de cumplir al cien y sin pretexto. Porque sea cual sea el resultado, a los ciudadanos de a pie no nos queda otra que levantarnos temprano, ir a trabajar, estudiar o atender el hogar- sea cual sea nuestro campo de actividad- y enfrentar las ineludibles trivialidades de nuestro entorno: pagar renta, luz, servicios, gasolina, colegiaturas, impuestos, y demás dolorosos etcéteras.
Espero que tenga claro que ninguno de los Padrotes y Madrotas de la Patria cuyos nombres aparecieron a las boletas harán estas labores por nosotros. No importa si les entregamos o les vendimos nuestro voto: nuestro contrato de fidelidad difícilmente cobra vigencia más allá de la fecha de la elección.
Dicho de otra manera: ya pasaron las elecciones, así que hay que dejar de hacernos tontos y cumplir a cabalidad con lo que nos toca. Eso es inevitable.
Claro, toca vigilar muy de cerca a los ganadores. Tienen que desempeñar su encargo sin distinciones de color o consigna, porque ya electos, se supone, son empleados de la ciudadanía.
Eso, al final del día, es lo que los mexicanos nos tenemos que creer. No elegimos semidioses, votamos por gobernantes, administradores o representantes de nuestros intereses. Tienen nuestro voto de confianza, pero tampoco son intocables ni pertenecen a una casta divina.
Espero sinceramente que al cierre de la contienda, los reportes muestren una mejora en la participación y que los jóvenes hayan acudido a votar una vez concluída la transmisión del decepcionante encuentro México-Brasil.
Si la “jugosa” (es un decir) oferta de partidos y candidatos no pudo robarle atención a la mediocre participación de los pupilos del “Piojo” Herrera ante la escuadra carioca, entonces sí que tenemos un problema…
Será una semana intensa en lo informativo. Veremos y comentaremos.
DE BOTEPRONTO: En esta ocasión, el oso de la semana estuvo pintado de negro y amarillo. Resulta que el candidato del PRD a diputado federal por el IV Distrito Electoral de Tamaulipas, Fernando Iglesias Elizondo, no pudo emitir su
voto al acudir a la casilla especial ubicada en el Centro de Convenciones Mundo Nuevo, de la ciudad de Matamoros.
Resulta que el abanderado perredista quiso hacer valer su derecho al voto… con una credencial de elector con domicilio en el Distrito Federal. Con toda razón, el presidente y funcionarios de casilla le negaron dicha prerrogativa, por obvios impedimentos legales. La pregunta es… ¿cómo fue que procedió su registro como candidato? El vocal distrital Oscar Trejo y sus consejeros tendrán que dar una respuesta creíble, o cargarán con una buena parte del desprestigio que ya de por sí arrastra la causa perredista en esta plaza fronteriza… Comentarios: miguelangelisidro@hotmail.com
Twittter: @miguelisidro





