marianacornejoburbuja

No es la primera vez que cuento esta historia, de hecho ésta será la número 18.

Y es que hace 18 años, su querida Mamá sin Instructivo era una niña (bueno ni tan niña) y como muchas niñas le escribí una carta a Santa, recuerdo haberle comentado en ese papel de lo bien que había sido mi comportamiento, que en la escuela me había aplicado para sacar buenas notas, en lo que se refiere a la casa, había cumplido sin respingar con todas las tareas que mi madre me había asignado; según yo tenía buenos argumentos que aseguraban que mis peticiones se cumplieran al pie de la letra. Al terminar de redactar dicha carta, recuerdo con exactitud que le agregué un posdata que decía: “Santa, si no puedes traer todo lo que te pido, con la muñeca es mas que suficiente, es lo que mas quiero de todo lo que escribí”.

Seré honesta, estaba impaciente por saber si Santa podría cumplir con mi pedido; y es que posibilidades económicas si había, pero tiempo no mucho y qué se puede esperar en diciembre, todo mundo anda de prisa, buscando regalos, comprando lo necesario para la cena de noche buena, cumpliendo con compromisos sociales y familiares, posadas, en fin un montón de ocupaciones.

Según yo, podría decir que ya tenía experiencia en este tipo de situaciones, pues 7 años antes, estando en plena cena de Acción de gracias había pasado por lo mismo, donde interrumpían mi cena por situaciones mas importantes; esta vez fue mas drástico el cambio en los planes para la cena de Noche Buena; esta vez nos fuimos a casa de mis tíos en otra ciudad, pues mi madre se empezaba a sentir mal y tenían que estar cuidando su situación para que no pasara a mayores su estado de salud, entre mi padre y yo nos hicimos cargo de mi hermana mediana, de hecho mi padre hizo todo, yo solo la peinaba, pues con esos chinos rebeldes no cualquiera podía domarlos.
Sabiendo la situación en la que estábamos toda la familia, yo no perdía la esperanza de que Santa llegara a mi casa, tomara la carta en sus manos la leyera y cumpliera mis peticiones, porque creía en Santa, creía en su existencia, pero no en que era un señor viejo, barbón, panzón y con traje rojo, creía en su esencia, en su poder mágico de llevar regalos a todo el mundo en una sola noche, creía en que era bueno y muy generoso.

Mis estimados lectores, el día 24 de diciembre llegó y fui levantada muy temprano, mi madre no podía más, tenía que irse con urgencia al hospital, mi madre me dijo que me quería mucho, que todo saldría bien y que me dejaba a cargo de mi hermanita, que mi padre la llevaría al hospital y mi hermana y yo la esperaríamos en casa de mis tíos; tan temprano y sinceramente pensé: “Santa no creo que llegues…”, Me sentí un poco desilusionada, perdí un poco de fe, pero solo un poco.
Eran las diez cuarenta y tantos de la mañana del mismo día y llamaron para darnos a mi hermana y a mi una noticia exageradamente especial, mi mamá había dado a luz una hermosa niña, las dos estaban perfectas de salud y las veríamos pronto. Tenía otra hermana, una mas pequeña, una bebita preciosa.

Nadie me cree cuando les platico que a mis 31 años sigo creyendo en Santa y es que como no creer en él, si me cumplió al pie de la letra lo que hace 18 años le pedí en un pedazo de papel, le pedí una muñeca, con la que pudiera jugar, pudiera bailar, reír, que la pudiera peinar, ponerle vestiditos y zaptitos, le pedí una muñeca aguantadora para disfrutarla por mucho tiempo.
Mis padres no pasaron la noche buena con nosotras, pero tuvimos la mejor de las navidades mi hermana y yo cuando vimos llegar a la nueva integrante de la familia, una muñequita preciosa, mi regalo que con muchos ansias pedí.

Que si esta época me gusta? Me encanta, porque creer, soñar y tener fe en que todo es posible se agudiza en estos días, y ahora mas que tengo a mis hijos, les cuento que Santa si existe, que viaja durante la Noche Buena y hace magia, hace realidad los deseo de los niños bien portados, de hecho supera muchas veces nuestras peticiones. Les explico sobre el nacimiento de nuestro niño Jesús, el verdaderos significado de la Navidad, los hago partícipes de las posadas, plegarias, que se den cuenta que no es solo comida y fiesta, es algo mas allá de lo comercial, es compartir con el resto de las personas.

Creo en Santa por ti, mi bella hermana menor, mi muñeca, eres mas de lo que pedí, eres increíble, eres generosa, eres soñadora, me encanta verte bailar, tan dedicada, tan apasionada, no cambies, me gusta así como eres, solo le pido a Santa cada año que la humildad y sencillez siempre estén en tu mente y corazón, que seas feliz bailando y gozando lo que mas te gusta, sin olvidarte de lo mas importante que tienes, todos nosotros tu familia, que siempre, pase lo que pase y estés donde estés contarás con el apoyo y respaldo de todos nosotros. Te amo.

Y cuidado con lo que piden, sean específicos o Santa los podría sorprender.

Les deseo a todo el que lee esta columna, mucho amor propio, mucha bondad, generosidad y cariño por el prójimo, que tengan una excelente Noche Buena y una Feliz Navidad.

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