“Ama la vida, está siempre te guiará a descubrir soluciones maravillosas, Aún por encima de tu propia sabiduría.” M.M.
Quisiera dormir y no despertar, trato de levantarme pero me siento inmovilizada, siento un enorme peso sobre mi espalda. Mis días se han vuelto grises, no les veo el brillo. Temo a las noches, me parecen interminables. No tengo apetito, como porque debo. Mí sonrisa y alegría se escondieron, la apatía ha invadido todo mi ser, la tristeza se ha convertido en mi mejor amiga y la fatiga es mi constante compañera. Me he apartado de todos incluso hasta de Dios, pues ¿quién quisiera estar a mi alrededor? ¡Sé que yo no quisiera!
Si estimado lector, lo que acabas de leer es el grito doloroso de una persona que ve pasar su vida desde una perspectiva distorsionada en la agonía de una severa depresión, que de no tratarse lamentablemente puede terminar en suicidio.
Literalmente la palabra depresión significa mover algo desde una posición más alta a un nivel mas bajo. La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta principalmente la esfera afectiva.
La depresión es más común en mujeres que en hombres, la padecen desde bebés de menos de un año y hasta en personas de 100, sin importar clases sociales.
Una depresión puede originarse por un mal manejo de contextos emocionales, físicos, mentales o espirituales o una combinación de todos ellos. A veces en la vida nuestros planes o acciones no salen como queremos, ni como las pensamos y esto puede causarnos frustración.
Está atmósfera emocional nos impide ver la luz al final del camino para encontrar la salida, haciéndonos pensar que todo será oscuro de ahora en adelante. Y a veces la esperanza y la certeza de que nos encontramos haciendo y siguiendo el camino correcto se ve nublado, por nuestra manera contraproducente de pensar y actuar
Los síntomas de una depresión, entre otros pueden ser sentimientos persistentes de tristeza y ansiedad, de desesperanza y/o pesimismo, de culpa, inutilidad, y/o impotencia, Irritabilidad, inquietud o pérdida de interés en las actividades o pasatiempos que antes disfrutaba, incluso las relaciones sexuales, Fatiga y falta de energía, Dificultad para concentrarse y tomar decisiones, Insomnio o alteraciones del sueño (despertar muy temprano, o dormir demasiado), trastornos alimenticios (Comer en exceso o perder el apetito), ideas suicidas o intentos de suicidio.
¡Bien estimado lector!, ¿Reconoces algún síntoma de depresión en ti o en alguien cercano?
Suponiendo que sí, ¿y ahora qué hago, te preguntarás?
Te sugiero buscar ayuda profesional, seguir un tratamiento psicoterapéutico o bien hablar con alguna persona cercana que te de una visión más objetiva de tu situación.
¡Cambia tu actitud, tu forma de pensar y actuar!, recuerda que las acciones y los pensamientos positivos reemplazan las acciones y pensamientos negativos.
Considera participar en actividades que antes disfrutabas, Práctica actividades o ejercicio físico moderados, Fíjate objetivos y metas realistas.
Divide tareas grandes en tareas pequeñas, comparte tiempo con otras personas y elige un amigo(a) o familiar de confianza como confidente. Por ningún motivo te aísles y date permiso de que los demás te ayuden y déjate querer..
Toma en cuenta que tu ánimo se renovará poco a poco y no de inmediato. Mucho menos esperes salir de tu depresión con un “abrir y cerrar de ojos”. Y ten presente que la depresión, el sueño y el apetito mejorará antes de que tu estado de ánimo deprimido desaparezca.
¡Animo y Feliz Día!
Miriam A. Morales T.
Psicología Clínica
miriam_morales99@hotmail.com
www.miriammorales.com