De una manera enfermiza nuestro eminente mandatario nacional se ha ensañado con nosotros por todos y cada uno de los ámbitos y con sus apuestas económicas para “mover a México” parece que le que lo que quiere es jo… cosamente llevarnos a la ruina. Según las encuestas, al menos 6 de cada 10 mexicanos no estamos de acuerdo con el modo en que las reformas han sido aprobadas, desde los laxos términos en que abrirá el petróleo mexicano a un montón de empresas extranjeras, la falta de intimidad en el uso de nuestros teléfonos móviles, el proceder exorbitante de las facturas de la energía y hasta las renovaciones en las técnicas de enseñanza.
Todo esto se trata de varias reformas votada sin discusión alguna por una mayoría legislativa que acordó fuera del Congreso un dictamen polémico en contra de una izquierda a la que le faltó imaginación para lograr un debate real. Sin embargo, les recuerdo que es esa “izquierda” la que reprobaron tantas veces solo porque el Señor Peña Nieto estaba muy bien parecido y porque querían una primera dama que gastara 70 mil pesos en los trajes Chanel que luce elegantemente en las reuniones aristocráticas en España mientras en México no se puede costear con 62 pesos la canasta básica. Más, del 1ero de diciembre del 2012 a la fecha el concepto que tenemos es absolutamente adverso y sumado a que a dicho sujeto se le ha acabado la belleza física también ha perdido la aceptación de su ya no tan leal pueblo. El próximo lunes 1 de septiembre, Peña Nieto dará un breve mensaje con motivo de su segundo Informe de Gobierno. Donde, por supuesto hablará de un millar de cifras positivas de su administración, pero no puntualizará dos cosas: ante la inseguridad, el estancamiento económico y la corrupción, su gobierno no ha logrado nada. Y lo que es más: sus reformas estructurales tienen un nivel de desaprobación superior al 60%. En otras palabras, los mexicanos tienen serias dudas sobre la estrategia en la que Peña ha invertido todo.
Las redes sociales, los periódicos virtuales, las principales arterias de las metrópolis mexicanas se han llenado desde insultos hasta tesis de doctorado donde se enuncia la evidente caída de su imagen y popularidad sobre todo por la #ReformaEnergética, aun así nuestro ya no tan querido Enrique afirma que la caída de su imagen se debe al trabajo emprendido por la oposición, que deslegitima la apertura de Pemex y CFE por motivos nacionalistas. Lo que es aún más indignante y ofensivo, porque se me ha hecho una burla tanto para mí como para mis compatriotas, es que la encuestadora independiente Pew Research lo cataloga como el “Político mejor calificado de sus encuestas” (jaaaaaaaa!) ya que en el extranjero se le elogian sus reformas emprendidas, aprobadas y promulgadas. Pero la realidad es otra, aquellos que consideran buena su influencia en el crecimiento de México pasaron de un 57% en 2013, a un 41% en 2014; quienes la califican como mala crecieron de un 38 a un 47%, mientras que los que se reservaron su opinión son menos que el año pasado: la abstinencia bajó de 5 a 2% de los encuestados. Claramente esos son sólo números, lo que se necesitan son hechos y respuestas ¿Qué con la inseguridad constante? ¿Y los inocentes caídos en la lucha contra el narcotráfico? ¿Qué con la cada día más repulsiva corrupción de los políticos? ¿Y los míseros resultados ante los procesos económicos? ¿Y la falta de ayuda en materia de salud, campañas, brigadas, programas y prevención de enfermedades? ¿Qué con la tasa del 12% de desempleo y con que México tiene el más bajo salario mínimo de todo Centro y Sudamérica? Señor Peña Nieto, soy mujer, soy mexicana, soy “plebe” y soy orgullosamente parte del 59% que aborrece su gobierno.
*fuente: http://consulta.mx/web/index.php/estudios-e-investigaciones/evaluacion-de-gobierno/271-epnevaluacion





