¡Buen día estimado lector! ¿Recuerda sus experiencias ante su formación educativa? Todos los padres (…bueno, casi todos), deseamos darle a nuestros hijos la mejor educación, en base a la formación educativa que recibimos, buscamos aplicar tendencias y convicciones en la búsqueda de la mejor escuela para nuestros hijos.
Iniciamos Agosto y a unos días de concluir el período vacacional, algunos padres aún están en la búsqueda de la mejor escuela para sus hijos. Algunos porque son de fuera, otros por indecisión o por que tuvieron experiencias negativas en la escuela anterior.
¿Cuando es indispensable buscar una nueva escuela? cuando la economía familiar esta afectada, cuando el niño fue víctima de agresiones físicas o psicológicas (bulling), sino tiene amigos, si durante el ciclo escolar su rendimiento fue muy bajo, sino recibió el apoyo de la escuela o sus problemas de conducta fueron de mal en peor.
Otra opción para buscar un cambio de escuela es cuando el estilo educativo de la institución afecta su autoestima o lo presiona tanto que presenta enfermedades nerviosas (gastritis, dermatitis o colitis nerviosa, etc.) Y más aún cuando existe sospecha de insistencia en consumo de drogas.
Nadie mejor que los padres conocemos a nuestros hijos, por lo tanto debemos analizar las opciones educativas en base a las prioridades familiares, económicas y sobre todo las características, fortalezas y debilidades de nuestros hijos; definir si deseamos ¿una escuela pública o privada, católica, cristiana o laica, método tradicional, montessori o constructivista? , ¿Sistema educativo personalizado o grupal?
Lo que no debemos olvidar es que no todas las escuelas son aptas para todos los niños.
La escuela adecuada reflejara motivación en su hijo por asistir diariamente a desarrollar su aprendizaje.
Es bueno conocer la filosofía de formación académica de la escuela que elijamos. La formación académica es el desarrollo integral del aprendizaje, disciplina, valores y virtudes humanos que hacen más plena a una persona en cada época de su vida, independientemente de si practican o no una religión específica.
La formación educativa debe ser integral, marcar aprendizaje y fortalecer los valores que deben venir desarrollados desde casa. Los valores permiten al ser humano desarrollar su personalidad y lo ayudan a mantener una sana convivencia en armonía con la sociedad.
Cuando nuestros hijos se convierten en estudiantes su mundo suele restringirse de la casa a la escuela y viceversa. Sus amigos son los compañeros de la escuela, a medida que crecen, pasaran más tiempo en la escuela y con sus amigos de la escuela. Como papá le invito a desarrollar su sentido sensorial; ¿Qué ambiente se respira, se escucha, se siente, se observa en la escuela? Cada escuela tiene su ambiente y su propia “vibra”, si es observador usted podrá captarlos.
Puedo sugerirle que preste atención a la forma en que lo reciban, a las instalaciones, los espacios, a los niños, cuantos son por grupo y cómo se comportan. ¿Se ven contentos, respetuosos? ¿Percibe una comunicación amigable entre ellos? Y… siga observando: ¿Cuánto ruido hay?, ¿Todo el mundo está felizmente ocupado? ¿Las personas se saludan cuando pasan por los pasillos? ¿Los niños se acercan abiertamente a los adultos? Ser observadores nos permite tener una primera impresión desde afuera que muchas veces es muy acertada.
No existe la escuela ideal ni perfecta; Si embargo su servidora tiene la certeza de que una buena escuela es aquella que además de desarrollar la inteligencia y salud física de sus alumnos, otorga confianza, los respeta y cuida su espíritu, comparte sus actividades, les brinda el tiempo necesario y se ocupa en desarrollar seguridad y autoestima en cada uno de ellos, les da herramientas y habilidades no solamente para el estudio sino para la vida diaria, personal y profesional.
Y No olvide que la primera escuela empieza en casa. Así es que a poner todas las ganas para un exitoso regreso a clases.