dimeloenlacalle

Durante años he sido objeto de críticas por parte de Hora Cero y su columna La Caja de Pandora, un ejercicio redactado con muchas ínfulas y mediano talento por alguien que no tiene el valor de firmar lo que escribe.

hociconesEn las más de las ocasiones me han divertido sus inventos, desde cambiarme el nombre, y ponerme María Antonieta, al interno de burla por mi apellido Le Duc, al que le atribuye la traducción de pato en francés, cuando en realidad es El Duque, además del que me endilguen ser conductora de radio en la estación Mega 105.9, cuando desde hace 9 años mi campo de acción es Radio Mexicana.

Nunca pensé aclarar tantas imprecisiones en torno a mi persona, convencida como estoy de que nosotros los periodistas no somos la noticia ni los protagonistas, pero eso si, esas constantes equivocaciones me revelaron desde hace mucho que La Caja de Pandora, es más bien una Caja de Mentiras, un montón calumnias apiladas por alguien muy resentido con la vida, con una frustración honda y un odio hacia el gremio periodístico.

Desconozco quien lo haga. Y porque el director de Hora Cero, el periodista Hector Hugo Jimenez lo permita.

A el lo he visto una o dos veces en toda mi vida. La primera fue a propósito de una investigación periodística que como reportera del matutino Contacto realice en torno a unos despidos injustificados en el Centro Universitario del Noreste, CUN, de Ricardo Díaz Garza  y en los que se atribuía a la directora de apellido Jiménez un trato prepotente hacia un grupo de trabajadores.

Ya en la redacción de Contacto, tecleando la nota, vi como un hombre alto entró de prisa a la oficina de mi director, José Canales Gutiérrez y permaneció por media hora, después salió azotando la puerta en el edificio de la avenida Diagonal Cuauhtemoc, propiedad de Carlos Arturo Guerra.

Era Héctor Hugo Jiménez que había ido a pedirle a Pepe Canales que la información no se publicara porque era su hermana como lo confío quien fue mi director editorial por cinco años. A ellos los unía una vieja amistad desde que vivían en Monterrey, y para mi gusto,  Hector Hugo abuso de esa circunstancia para favorecer a su familiar. Pero como donde manda capitán, no gobierno marinero, la nota no se publicó.

Lo anterior no vendría a colación si no es porque Hora Cero se tomó el trabajo de ver este esfuerzo periodístico recién nacido llamado Matamorosdice.com, de calificar de pomposo nuestro eslogan –«La verdad es lo importante»– hurgar en su consejo de administración y hasta de contarnos a los anunciantes.

En el universo de portales informativos que nacen y otros que mueren, me halaga que Hora Cero y su caja de mentiras, tome en cuenta  nuestro trabajo, y es más hasta que le sirva, como ocurrió cuando la fuga de gas en ejido La Vanguardia, donde tras una cobertura exclusiva se subieron fotos a Matamorosdice.com de los ingenieros de PEMEX trabajando en la zona, mismas que fueron retomadas por  Agustín Lozano, quien firma como corresponsal en Matamoros.

En esta era de la inmediatez, entiendo a los compañeros como Agustín que suben contenidos ajenos, hasta justificó que por las prisas no se dé el crédito a quien lo merece, pero lo que no entiendo ni comparto es la crítica lesiva, surgida de la entraña e imprecisa como la de Hora Cero contra nuestro portal, y otros muchos compañeros que han sido objeto de sus burlas, de sus calumnias, de sus verdades a medias.

Y no, no me siento parte del Olimpo Informativo por ser corresponsal de ese gran periódico que es La Jornada desde el 2005, tampoco por ser corresponsal de W Radio México y tener enlaces con personajes como Brozo, Fernanda Tapia y los irreverentes conductores de El Weso, a quienes informó de la violenta realidad que vive Tamaulipas, y de la que por cierto no leo nada en las páginas de Hora Cero. Sus motivos tendrán.

Pero si soy orgullosa editora de Matamorosdice.com, que no tendrá los 100 mil likes que tanto presumen ellos, pero si cuenta con un equipo creativo e inteligente que hace su chamba, que no imita a los demás y que consigna los hechos relevantes con tal puntualidad que hasta los de Hora Cero nos copian.  Vale esta aclaración porque como decimos en mi tierra, el que se lleva, se aguanta.

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